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Hoteles de Nicaragua operan con ocupación inferior al 3 por ciento

Sector turístico sigue en ceros, al punto que se ha suspendido o despedido a más del 80% del personal que trabaja en hotelería

El recién inaugurado hotel Double Tree, de Hilton, ha suspendido operaciones temporalmente. // Foto: Nayira Valenzuela

24 de junio 2020

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Golpeado con tasas de ocupación inferiores al 3%, el sector hotelero de Nicaragua clama por una pronta reapertura del aeropuerto y el retorno de las aerolíneas, que permita el regreso de los ejecutivos de negocio que conformaban una buena parte de su clientela, antes que la crisis sanitaria se uniera a la crisis política que agobia al país a partir de abril 2018, y los llevara al cierre de operaciones.

Un ejemplo de ello es el antiguo hotel Barceló, propiedad del Grupo Amano Internacional S.A., que pasó a ser administrado por DoubleTree by Hilton, luego que se venciera el contrato con Barceló. Después de anunciar su reapertura el 31 de octubre pasado -previa inversión de tres millones de dólares- este mes, el hotel colocó un rótulo en el que anunciaba el cierre temporal de sus operaciones.


“Casi todos los grandes hoteles están cerrados. Solo dos o tres están abiertos, con un par de habitaciones ocupadas. Están cerrados, sin que eso signifique un cierre definitivo”, explicó Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo, (Canatur).

Los hoteles de Nicaragua –en especial, los que están asociados a grandes cadenas internacionales- conforman una parte importante del atractivo turístico del país, porque garantizan que, además de encontrar destinos naturales y culturales que visitar, también existe infraestructura con la calidad adecuada para descansar.

La debacle económica derivada de nuestra crisis sociopolítica, hizo que el sector turístico se convirtiera en uno de los más afectados. La cancelación de reservaciones, impulsada por la epidemia de covid-19, lo impulsó a lo más alto de esa lista de frustraciones, lo que se tradujo en más cierre de locales y despidos.

“El turismo tiene una gran cadena a su alrededor: además del servicio directo al cliente en el hotel o el restaurante, hay una gran cantidad de empresas que proveen servicio a ambos tipos de establecimientos”, detalla la presidenta de Canatur.

Esas empresas proveen, en principio, alimentos y bebidas, pero también, servicios de limpieza, comunicación, Internet, bancarios, transporte (de pasajeros y de carga); guías turísticos; organizadores de eventos como bodas, aniversarios, reuniones; y hasta artesanos, que venden sus creaciones en los espacios comerciales de muchos hoteles y otros sitios de descanso en Nicaragua.

Más limpios que antes

“El sector turístico representa un ingreso importante para el producto interno bruto del país, y empleos para miles de personas”, argumenta José Solórzano, socio y gerente del hotel Holiday Inn Convention Center.

Desde esa posición, y en conversación con sus pares de la Asociación de Hoteles de Nicaragua (Ashotnic), encuentra que la única solución para obtener una bocanada de aire que les permita oxigenar sus finanzas, y alejar aunque sea parcialmente el fantasma del cierre definitivo, es “que abran los aeropuertos”.

“No podemos seguir en ascuas”, asevera Solórzano. “Tenemos que dejar que el turismo vuelva a entrar. Así como estamos, nos sentimos como intubados”, comparó.

“Las líneas aéreas están en reuniones con el aeropuerto para organizarse de cara a una eventual reapertura. Algunas están diciendo que quizás regresen al país en julio, otras en agosto, pero todas están claras que tendrán que implementar los protocolos [de seguridad sanitaria] que demanda la IATA, tanto para aviones como para aeropuertos”, describe Valenti.

Solórzano coincide plenamente con la necesidad de garantizar la seguridad biológica de las muchas áreas comunes en las que se mueve un pasajero, y describe que “desde que comenzó la crisis, en la Asociación de Hoteles hemos implementado las medidas de seguridad e higiene para que los huéspedes se sientan seguros”.

Al respecto, asegura que desde hace dos a tres meses, que todos implementan los protocolos de seguridad para sus instalaciones. “Desde ese punto de vista, venir a nuestros hoteles, es como ir a cualquier hotel de Centroamérica”, asegura.

Volver a vivir

Los números (rojos) de la Asociación de Hoteles de Nicaragua, grafican que entre 80% a 85% de los empleados están suspendidos de sus labores, o fueron despedidos, con lo que una gran cantidad de familias se quedó sin ingresos, pero no solo el personal que estaba en planilla, sino también “muchos que nos vendían carne, huevos, bebidas… el efecto económico de haber parado al sector turístico es gigantesco”, admitió Solórzano.

Esa realidad no difiere en mucho de la del resto del sector afiliado a Canatur. Valenti describió que “seguimos estando en cero. No hay actividad. La mayoría de empresas turísticas están cerradas. Algunos restaurantes sobreviven con delivery, y las agencias de viaje están atendiendo desde casa a sus contactos internacionales. El sector está cerrado, esperando el fin de la cuarentena voluntaria”.

Mientras ese momento llega, Solórzano repite que “si queremos generar nuevos ingresos, tenemos que permitir que venga el turismo y que regresen los hombres internacionales de negocios”.

Dijo que, en este momento, el sector está esperando el regreso de aerolíneas como COPA, TACA, United, Aeroméxico... “aunque no hagan tres vuelos diarios, con que hagan dos veces por semana, se reabre el flujo del turismo, que trae dinero al país”, insistió.

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Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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