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Las remesas familiares en la "era Trump"

Manuel Orozco: hay incertidumbre, pero se mantendrá estabilidad: más de dos tercios de los nicas tienen estatus legal en EE.UU.

Puede durar dos o tres meses

Carlos F. Chamorro

16 de febrero 2017

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A pesar de las amenazas del presidente Donald Trump de imponer una nueva política migratoria, con deportaciones masivas y drásticas restricciones para ingresar a Estados Unidos, e incluso con impuestos a las remesas familiares, el impacto del ¨efecto Trump¨, no se percibe como un terremoto inminente. ¨Hay miedo y amedrentamiento entre los migrantes¨, admite dice el politólogo Manuel Orozco, experto internacional en remesas y migración, pero este año ¨el envío de remesas se va a mantener estable¨.

Orozco calcula que el impacto de las políticas de Trump podría sentirse en 2,018, un año que describe en un clima de ¨incertidumbre¨, y en el peor escenario estima una reducción de la tasa de crecimiento del flujo de remesas, del 8% actual al 3%, lo cual tendría un impacto severo en los países y familias pobres que dependen de las remesas.


En Nicaragua, en 2016 se recibieron 1,265 mil millones de dólares, equivalentes al 9%  del producto interno bruto, un flujo que tiene un impacto determinante en mejorar los niveles de consumo de centenares de miles de familias.

Ante el temor de que este flujo se reduzca, Orozco considera que Nicaragua cuenta con dos factores a su favor para atenuar el ¨efecto Trump¨. Primero, dos tercios de los nicaragüenses en Estados Unidos tienen un estatus legal y no serían afectados por las políticas de deportaciones, y segundo, la migración nicaraguense hacia Costa Rica se mantiene estable y también el flujo de remesas.

El martes pasado se suscribió un convenio de cooperación entre el Diálogo Interamericano y el grupo Banpro Promérica, con el propósito de asesorar a sus educadores financieros en siete sucursales de Banpro en Managua y Bluefields para incentivar el ahorro y movilizar recursos a favor de emprendedores que sean sujeto de crédito. Manuel Orozco es optimista sobre los resultados de esta iniciativa y apuesta a lograr un nivel de bancarización del 20% de los receptores de remesas.

Remesas: el ¨seguro social¨ de los pobres

La mayoría de la gente dice que usa las remesas para el consumo de su hogar. De hecho, todas las encuestas sobre nivel de vida consignan que las remesas son el factor que tiene mayor incidencia la reducción de la pobreza en el país, incluso más que los programas gubernamentales. ¿Este es un fenómeno exclusivo de Nicaragua o es una tendencia en América Latina?

La tendencia en América Latina es que alrededor del 60% de los hogares que reciben remesas tienen una capacidad de ahorrar. La remesa lo que hace es aumentar el ingreso disponible, y el resultado es que uno puede ahorrar. En promedio, en Centroamérica la capacidad de ahorro, de reserva líquida que tienen los que reciben remesas anda alrededor de mil dólares, que es el equivalente a un tercio de la entrada remesas a nivel anual.

Nicaragua difiere un poco a esa tendencia en el sentido de que solamente el 45% de los que reciben remesas tienen capacidad de ahorro, y la razón no es porque el nicaragüense es más consumista, sino porque el ingreso que perciben como parte del complemento de la remesa no le da suficientemente capacidad para aumentar su disponibilidad de ingreso y ahorrar. Esto se debe a que el costo de vida en Nicaragua, relativo a los ingresos y gastos básicos, es más caro que en otros países.

Según los datos del Banco Central, en 2016 se registraron 1,265 millones de dólares en remesas familiares, esto significó un crecimiento del 6% en relación con el año pasado  ¿que está detrás de ese crecimiento?

El crecimiento en las remesas es predominantemente un subproducto de la continuidad migratoria que existe de nicaragüenses que van a Estados Unidos, España y Costa Rica. Anualmente entran a Costa Rica alrededor de 18 mil nicaragüenses que van a trabajar en construcción, vigilancia, trabajo doméstico. Unos seis mil nicaragüenses que se van a Estados Unidos, la mitad se va más o menos con una visa de migrante, la otra mitad se va como los otros centroamericanos. Hay un contingente de unos 2,000 nicaragüenses que se va a Europa,  predominantemente a España. El promedio de los envíos se mantiene estable, por ejemplo, de Estados Unidos a Nicaragua anda por 225 dólares y desde Costa Rica cerca 110 dólares la transacción.

Esos 1,265 millones de dólares representan el 9% del Producto Interno Bruto de Nicaragua, es una cifra altísima en comparación con la inversión extranjera directa, incluso con los montos de la cooperación venezolana que ya se han reducido. ¿Esta tendencia es singular de Nicaragua o se parece al resto de América Latina?

Se parece al resto de Centroamérica y el Caribe. Hay alrededor de nueve países en América Latina cuya dependencia de la remesa excede al cinco por ciento del PIB. El nicaragüense no solamente envía remesas, pero consume productos nostálgicos en cantidades sustanciales. Guatemala, El Salvador, Honduras, Haití, Cuba, República Dominicana, Jamaica, Venezuela,  más recientemente, son países que están exhibiendo un fuerte crecimiento de las remesas y en la mayoría de estos países, con la excepción de Venezuela, representan más del 5%. del PIB

Trump: la amenaza de las deportaciones

¿Cómo afectará el mundo de las remesas la presidencia de Donald Trump? Ese flujo migratorio que describís como permanente, ¿cuáles son sus perspectivas ahora con el gobierno de Trump, que intenta poner un muro en la frontera con México, pero además ejecutar políticas para restringir la migración, y hacer deportaciones masivas de migrantes que él llama criminales?

Son perspectivas realmente de amedrentamiento. Por un lado,  los que están en Estados Unidos se sienten intimidados con una política del miedo,  que esta administración va a deportarlos a todos. Lo más probable es que va a seguir deportando el mismo número que el expresidente Obama realizó, que eran como 350 mil deportaciones al año. El 85% son mexicanos y centroamericanos, y predominantemente dos tercios son centroamericanos, estamos hablando que deportaban 50,000 salvadoreños, 60,000 hondureños y como 70,000 guatemaltecos y unos cuatro mil nicaragüenses

La cifra de Nicaragua aunque menor que la de los otros países es considerable 

Es una cifra importante considerando el tamaño de la población migrante de nicaragüenses en Estados Unidos que anda cerca de los 300,000, pero también es comparable al número de nicaragüenses que entra anualmente, entonces casi hay un balance neto de lo que son deportados y los que entran.

¿Tu pronóstico es que las deportaciones no aumentarán de forma considerable? 

Hay que analizar la capacidad que tenga (Trump) en términos administrativos de aumentar las deportaciones, eso se mide en relación con los costos administrativos de movilizar personal a ese sector, no tiene mucha discrecionalidad presupuestaria para hacerlo. Segundo, tiene que ver con el capital político que pueda tener el presidente para conseguir el apoyo de aumentar las deportaciones que ya estaba haciendo Obama; y tercero, Trump, propone deportar a indocumentados criminales. Bueno, anualmente el número de indocumentados en el sistema de justicia son menos de ochenta mil personas, entonces esa es su base, por lo tanto, es muy difícil decir que va a ser una deportación en masa.

En términos de la entrada, él puede aumentar una serie de restricciones para que se detengan más personas que están entrando, pero ante esa realidad hay que entender que la migración centroamericana es predominantemente causada por razones de inseguridad, la gente está huyendo por proteger su vida, por lo tanto, aunque hayan restricciones, si uno tiene que irse, se las va a arreglar para cómo entrar, y esa es una realidad que el señor presidente va a tener que enfrentar en el momento en que decida lidiar con ese sector de la frontera. En Centroamérica están saliendo alrededor de 130,000 personas

¿Puede Trump poner un impuesto a las remesas o alguna clase de restricción que incida en el flujo o que lo encarezca?

Sí puede, claro. Él puede introducir un anteproyecto de ley ante el Congreso para que le aprueben un impuesto federal de las remesas. Existe un ejemplo en el estado de Oklahoma, un impuesto del 7% a cualquier transacción menor de 500 dólares. Ahora, ¿es políticamente factible? No. Es muy difícil que lleguen a aprobar un impuesto más porque no se puede autoseleccionar a ciertas nacionalidades, tendría que ser parejo a quien envíe dinero. Segundo, se puede imponer algo parecido a una tasa tributaria, él puede imponer tal vez algún tipo de sanción a cualquier empresa que haga negocios en el exterior a través de moneda extranjera, pero eso también tendría que aplicarse en parejo a toda la industria de moneda extranjera. La  industria de  remesas es infinitamente pequeña comparado con el negocio de moneda externa que existe, entonces es muy difícil.

El ¨efecto Trump¨ en 2017-2018

El informe del Diálogo Interamericano sobre América Latina registra un flujo anual de 70,000 millones de dólares en remesas ¿se puede prever el impacto del ¨efecto Trump¨ este año y en 2018? 

Los volúmenes de remesas han venido creciendo desde el 2012 cuando registraron la primera tasa de crecimiento de 4%, y ahora llegaron casi al  8%. Este año básicamente es posible que sigan creciendo las remesas, en 2018, todo es incierto, no se sabe si realmente Trump va a tener un impacto sobre el tema migratorio. Si se da un impacto en 2018 las remesas puede que lleguen a crecer básicamente a un 3%, y ese crecimiento va a estar prácticamente influido por las transferencias que están haciendo los migrantes en condiciones normales.

Sería  una reducción de la tendencia de crecimiento

Sustancial. Sí. Y el problema es que las remesas están creciendo en aquellos países que son políticamente frágiles,  como Haití, Cuba, incluso Venezuela. Países como Guatemala, El Salvador, Nicaragua, son países que tienen algún nivel de institucionalidad débil y que sus sociedades que emigran están apoyando a sus familias a que lidien con la situación, entonces el efecto sería devastador sobre estos países, realmente los más pobres.

¿Y  para el caso específico de Nicaragua es posible determinar la tendencia?

Sí, para este año prácticamente y el próximo,  la continuidad migratoria es una tendencia normal en Nicaragua porque su país vecino, Costa Rica, es prácticamente el socio natural con el cual Nicaragua manda su mano de obra, hay una relación orgánica entre Costa Rica y Nicaragua donde la mano de obra nicaragüense va a suplir una demanda muy importante en ciertos sectores tanto en la mano de obra no calificada, como mano de obra altamente calificada. Esa tendencia va a continuar.

Pero la mayor parte de las remesas que se reciben en Nicaragua, más del 50%, vienen de Estados Unidos, entiendo que Costa Rica será más de un 20%, ¿Qué pasará con el componente de Estados Unidos? 

Yo creo que se va a mantener estable porque la gran mayoría de los nicaragüenses tiene  un estatus más regularizado que el resto de los centroamericanos. Más de dos tercios tienen estatus legal, lo opuesto a los salvadoreños, guatemaltecos y hondureños, donde más de dos tercios están indocumentados, entonces cualquier impacto que pueda tener una restricción en las deportaciones o en las detenciones va a ser menor para el caso de Nicaragua.

RECUADRO 

El desafío de incentivar el ahorro

*El convenio de educación financiera Diálogo Interamericano-Banpro 

¿De qué depende de que personas que tienen años acostumbrados a recibir mensualmente remesas de sus familiares y que las ocupan para los gastos de su casa, para medicinas, para educación, decidan ahorrar, abrir una cuenta bancaria? ¿Cuál es el incentivo que necesitan para dar ese paso?

El incentivo es el entendimiento de la forma en cómo uno se empodera de su dinero con mayor fuerza cuando el dinero se coloca en una institución financiera para administrar su dinero, manejar el presupuesto y ahorrar. El segundo paso, que es un incentivo, tiene que ver ya con la información que uno le da a las personas de los productos financieros que existen en el sistema. El sistema financiero en Nicaragua tiene productos financieros muy importantes, muy valiosos para cualquier nicaragüense, lo que pasa es que hay problemas de conocimiento por parte de la población del uso de esos servicios.  Otro de  los problemas es una cuestión cultural y es que las personas creen que la banca  es solamente para el que tiene plata.

A los receptores de remesas, se les suele asociar con familias que salieron del mundo rural para ir a trabajar a Costa Rica en el sector agrícola, o de familias muy pobres, pero pareciera que las remesas están todos los sectores sociales. 

El que emigra es una persona que tiene la capacidad para pagarse la emigración, el pobre no puede salir. El que pueda conseguirse 300 dólares para irse a Costa Rica va a poder emigrar,  y conseguir un trabajo dentro de cuatro semanas que le van a pagar quinientos dólares, con esos quinientos dólares yo puedo pagar la deuda a dos meses de estar en ese país.

Entonces de alguna manera hay una distribución casi nacional de la población migrante en Nicaragua. Los que envían dinero de Estados Unidos lo envían predominantemente a la capital, los que envían dinero de Costa Rica lo envían a la capital y León.

Y la zona seca en el norte también, Somoto que ha sido foco de migración hacia España, por ejemplo. 

La migración hacia España tiene otra historia, otro fenómeno, reciente también, que está vinculado con la recesión económica española en gran parte, pero que si hay corredores transnacionales. Hay ciudades por ejemplo, de Somoto a Valencia, en donde existen con mucha fuerza;  O de León a Heredia, por ejemplo.

¿Cómo funciona en términos prácticos este convenio de educación financiera que está promoviendo el banco, el Diálogo Interamericano con el Banpro? El proyecto lo que hace es tratar de acercársele, darle una asesoría financiera nivel personal, individualizado,  a más de diez mil  personas en el país, predominantemente en la costa del Pacífico y en Bluefields.

¿Por qué Bluefields?  

Porque hay una posibilidad de financiar proyectos de emprendedurismo de microempresas con el ahorro generado con las remesas. La estrategia es la siguiente: partimos de que el 40% de las personas tienen la capacidad de ahorro de alrededor de unos trescientos dólares. La capacidad de ahorro ha aumentado, ya casi el 50%, de los nicaragüenses que reciben remesas, pero entonces tratamos de conseguir una tasa de bancarización de alrededor del 20%, de esas diez mil personas, dos mil personas vamos a captar un promedio de trescientos dólares, entonces  estamos hablando de 600 mil dólares que se generan en ahorro, ese ahorro que ha sido formalizado se coloca para el crédito en el sector productivo del país, y uno de los sectores débiles de productividad en Nicaragua es la zona del Caribe, entonces se estaría colocando crédito a ese sector para promover ciertas actividades empresariales.

¿De qué depende que esta iniciativa del Banpro se generalice en el sistema financiero?

Depende realmente que el sistema financiero asuma el riesgo de acercársele a sus clientes y ofrecerles productos de ahorro, y que lo usen mediante la asesoría financiera como un instrumento, en vez de poner un comercial en la televisión, por ejemplo, los costos de este tipo de proyectos son muy bajos, sin embargo generan una rentabilidad muy alta para la institución financiera y crean condiciones de riqueza para el que recibe su nueva cuenta de ahorro.


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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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