Logo de Confidencial Digital

PUBLICIDAD 1M

PUBLICIDAD 4D

PUBLICIDAD 5D

Funides propone ruta para diversificar las exportaciones

Organizaciones de sector privado crean una "comisión de prospección de exportaciones": la meta es crecer el 8% anual

Organizaciones de sector privado crean una "comisión de prospección" para diversificar las exportaciones nicaragüenses. La meta es crecer el 8% anual

Iván Olivares

3 de septiembre 2017

AA
Share

Cinco organizaciones gremiales del sector privado constituyeron una ‘Comisión de Prospección’, con la meta de identificar los sectores de la economía que tienen la posibilidad cercana de diversificar su producción, sin necesidad de tener que comenzar de cero.

La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), y la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), con el apoyo del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), lanzaron una propuesta tendiente a identificar los productos con los que el país puede diversificar su oferta exportadora, buscando generar mayores ingresos y empleos, como una forma de disminuir la pobreza.


“Logramos un acuerdo entre Upanic, Cadin y APEN”, para impulsar este proceso, aseguró Mario Arana, director ejecutivo de APEN, al ser entrevistado en el programa Esta Semana, que se transmite hoy por canal 12.

La idea de juntar a la misma mesa a la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua, con la Cámara de Industrias y la Asociación de Exportadores, es poder establecer un diálogo entre quienes producen los alimentos en un país netamente agropecuario; los que los transforman, y los que los colocan en los mercados internacionales.

El proyecto también incluye a Funides, que debería ofrecer el marco teórico y académico para lograr que el proyecto funcione, y al Consejo Superior de la Empresa Privada, (Cosep), como aglutinador de las cámaras empresariales, pero también en su calidad de interlocutor del gobierno de Daniel Ortega.

La propuesta de diversificación de la oferta exportable nicaragüense, parte de los hallazgos del Atlas de Complejidad Económica –que mide la cantidad de ítems que exporta un país, y cuan sofisticados son- en el que Nicaragua ocupa la posición número 128 de 141 países estudiados a escala global.

Al hacer un análisis de esa realidad, Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de Funides, declaró que esa ubicación tan baja en el Atlas significa que “producimos muy pocas cosas, y muy simples”, lo que nos hace vulnerables a que cualquier otro país aprenda cómo hacerlo mejor que nosotros, y nos saque del juego.

Un plan de cuatro pasos

Para lograr sus objetivos, la ‘Comisión de Prospección’, tiene que comenzar identificando los productos potenciales, tarea que ya está parcialmente hecha. Un análisis inicial encontró buenas posibilidades para diversificar la producción de alcohol etílico, tablones de madera, leche y derivados, así como varios productos alimenticios, vegetales y animales.

También los textiles, cuero y calzado, maquinaria y equipos eléctricos, metales, industria química, piedra y vidrio, plástico y hules. En el campo de los servicios, se enlistan los de diagramación, diseño, financieros, legales y de programación de códigos; además del turismo, y los viajes educativos, los de negocios o de salud, entre otros

Chamorro recitó cómo a partir de la producción de cacao, se puede elaborar y exportar chocolate (dulce, amargo y de sabores), cacao molido, cocoa, etc.; o cómo se puede pasar de la fabricación de arneses para la industria automotriz, a terminales e interruptores de electricidad.

Del mismo modo, las empresas textiles pueden ampliar su oferta de productos sin sufrir mayor estrés, mientras que la industria forestal puede pasar fácilmente de exportar tablones, a colocar puertas y casas prefabricadas en el mercado internacional. Otro tanto puede hacerse con los cueros de 900,000 reses que se sacrifican cada año, por las que se puede obtener mayores ingresos si se le da el tratamiento y se la transforma apropiadamente.

El segundo paso es depurar ese listado, efectuando análisis más detallados de factibilidad. El tercero, ampliar la Comisión de Prospección, incluyendo a las cámaras que puedan aportar al proceso por medio de acciones concretas.

El cuarto paso buscará “incidir en el diálogo público-privado con propuestas específicas, a fin de eliminar barreras al desarrollo de nuevos productos, así como incidir en el Estado para atraer agresivamente inversión extranjera en productos puntuales”, detalló Chamorro.

Siendo que la iniciativa no es nueva –Guatemala y Costa Rica ya la implementaron con disimiles resultados- Nicaragua tiene la oportunidad de evitar los errores que hayan cometido sus predecesores, y tratar de alcanzar mayores niveles de éxito.

La meta es crecer el 8% anual

Nicaragua ha crecido a una tasa promedio de 4.8 % en los últimos cuatro años, pero ese crecimiento es insuficiente para que el país se enrumbe por la senda del desarrollo, y comience a mejorar la vida de los grandes porcentajes de población que viven en la hambruna y la pobreza.

Tenemos que crecer 8 % anual para tener una posibilidad real de desarrollo”, repite como un mantra Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), que presentó una propuesta de transformación productiva durante el inicio del sexto Congreso Internacional de APEN.

La carne de res, el azúcar y el oro son tres de los cinco primeros productos de la lista exportadora del país, que conllevan algún tipo de industrialización. Los otros dos, el café y el maní, se exportan en grano, igual que otros que se venden en menor cantidad, tales como el cacao y los frijoles, o las langostas, los peces y los camarones, que se venden por kilo.

Lo que el Atlas de Complejidad muestra es que la base productiva existente en un país, se puede usar para procesar nuevos productos y ampliar la matriz exportadora de los países. A modo de ejemplo, Chamorro mencionó un tipo de transformación que suena descabellado, pero no es imposible: fabricar embutidos en una empresa láctea.

“No es que esté diciendo que vamos a hacer salchichas de leche, sino que el aparato productivo, los ingenieros químicos, la maquinaria, el personal, el empaque, los códigos de barra que se necesitan para procesar leche, son muy similares a los que se usan para hacer un embutido”, detalló.

¿El huevo o la gallina?

Cada vez que el sector turístico se propone desarrollar un nuevo destino, se llega ineludiblemente a una disyuntiva: ¿cómo vamos a invertir en la construcción de un hotel si todavía no han llegado los turistas? versus ¿cómo van a llegar los turistas, si no construimos un hotel?

“Es la vieja historia de ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?, y ya lo hemos visto en otros campos y otros países”, admite Chamorro, recordando que hace unos años, quienes se planteaban la posibilidad de crear en Costa Rica una industria de fabricación de equipos médicos, se encontraron con que en el país no había una esterilizadora industrial, lo que era requisito indispensable para elaborar esos productos.

Desde luego, la razón por la que no había una esterilizadora industrial, es que no había una industria de equipos médicos. El proyecto no arrancó hasta que no se solucionaron ambas carencias, y hoy “Costa Rica exporta más de USD 2,000 millones anuales en ese rubro”, explicó Chamorro.

Al problema inicial de quién da el primer paso y se arriesga a poner el primer millón, está el hecho que si ese ‘pionero’ pierde su inversión, la perderá él solo, pero si triunfa, tendrá a uno o más ‘observadores’ listos para buscar un espacio en el nicho de mercado que él encontró.

Víctor Umaña, director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (Clacds), adscrito al Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), abundó en esa idea al referir la historia de un emprendedor argentino de apellido Caffarena, a quien se le ocurrió investigar la posibilidad de cosechar arándanos en su país, para venderlos a Estados Unidos.

El trabajo de investigación para determinar la existencia de tierras y del clima apropiado para sembrarlos, la logística para manejarlos, la posibilidad de hacer negocios, la ventana de oportunidad y el mercado, le costó US$ 200,000. Para cuando descubrió que sí se podía hacer el negocio, y que era rentable, ya tenía ‘compañía’, y el negocio dejó de serlo.

Por fortuna para Argentina y para el propio Caffarena, su olfato emprendedor le mostró el camino: comenzó a cultivar las plantas en viveros, y se las vendió a sus competidores, a los que también comenzó a prestar servicios logísticos en el proceso de exportación, pero ejemplos como este hacen que “la agricultura tenga poca innovación relativa”, explicó Umaña.

Simples, y fáciles de imitar

En 1995, Costa Rica exportaba USD 3,700 millones en café, banano, textiles, y varias docenas de productos más. Dos décadas después, en 2015, ese país exportó USD 12,300 millones, en café, banano y piña, pero también en microchips, prótesis, y dispositivos médicos.

Nicaragua por su parte, pasó de exportar USD 934 millones en 1998, a USD 4,800 millones en 2015, sin que la matriz exportadora haya cambiado demasiado, sin dejar de reconocer la importancia de la fabricación de arneses en occidente y en Nindirí, para suplir a parte de la industria automotriz alemana, mexicana y estadounidense.

Ampliando en el tema, la ‘Propuesta de Transformación Productiva’ presentada por Funides, detalla que en 1995, el país exportó 110 productos mientras en 2015, es decir veinte años después, el número de productos exportados fue incluso menor: 107, con el agravante que “los bienes exportados por Nicaragua son simples y fáciles de imitar”.

Si bien el crecimiento del producto interno bruto observado en los últimos años se explica en buena parte por el crecimiento de las exportaciones del país, Chamorro hace notar que el se sigue comerciando con productos de “menor complejidad”, en referencia a que el país produce y exporta “productos fáciles”.

Para quienes pueden ver un poco más allá, resulta evidente que el país bien podría producir y exportar “productos fáciles y complejos”. Esta última categoría tiene la ventaja de que quien elabora productos con mayor valor agregado, (aquellos cuya fabricación conlleva mayor complejidad), pueden fijar el precio, mientras que las materias primas deben acomodarse a los vaivenes de los mercados internacionales.

*La entrevista con Juan Sebastián Chamorro y Mario Arana se transmite en la edición de esta noche, del programa Esta Semana, por Canal 12.

PUBLICIDAD 3M


Tu aporte nos permite informar desde el exilio.

La dictadura nos obligó a salir de Nicaragua y pretende censurarnos. Tu aporte económico garantiza nuestra cobertura en un sitio web abierto y gratuito, sin muros de pago.



Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

PUBLICIDAD 3D