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Gobierno bloquea a prensa independiente en Nicaragua

La prensa independiente mantiene credibilidad, mientras el duopolio televisivo difunde propaganda, nota roja y banalidad

Periodistas intentan entrevistar al presidente de la Asamblea, Gustavo Porras. Carlos Herrera/Confidencial.

Vladimir Vásquez

1 de marzo 2017

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Cuando el presidente Ortega habla, la prensa independiente en Nicaragua debe callar. Esa parece ser la premisa para difundir los discursos y mensajes informativos del Gobierno. El martes pasado, cuando supuestamente Ortega daría su informe de Gobierno ante el parlamento después de ocho años de no comparecer, otra vez se le impidió el acceso a medios de comunicación independientes y corresponsales extranjeros al salón en el que estarían los diputados del Frente Sandinista y la minoría de parlamentarios colaboracionistas.

La estrategia forma parte de una política de comunicación que se impuso desde que regresó al poder en 2007, y genera un efecto perjudicial en el clima de transparencia del país. No hay acceso a información pública, ni preguntas de la prensa independiente en Nicaragua, y menos aún conferencias de prensa del presidente.


“El principal problema es la restricción de la información, estamos viendo casos de información que debería ser pública y ya ni se diga el papel de la Ley de Acceso a la Información que es papel mojado, no se cumple. Estamos llegando a unos niveles en que vos hacés las consultas con todos los procedimientos y el funcionario simplemente te hace caso omiso pues. Estás violentando una ley y eso te demuestra el grado de problemas que hay en el ejercicio periodístico”, explicó el periodista de La Prensa, Moisés Martínez.

La Ley 621 de Acceso a la Información Pública fue aprobada por la Asamblea Nacional en el 2007 y su aplicación ha sido casi nula. Patricia Orozco, fundadora del programa radial Onda Local, explica que “vos te vas a la web de las alcaldías,buscás datos actualizados deinversión municipal y no la encontrás”.

"No estás en la lista"

La ordense extiende a todas las instancias del gobierno, en las que los funcionarios tienen orientaciones que no brindar información a periodistas que "no están en la lista" de medios alineados con la maquinaria propagandística oficial. Y cuando el funcionario identifica que el periodista trabaja en un medio independiente, ha valido para que se suspendan entrevistas o le pidan que borren declaraciones que previamente han dado.

Los relacionistas públicos de cada entidad estatal le cierran las puertas a los periodistas, aunque la actividad a la que brindan cobertura sea de interés públicopara la comunidad, como es el caso del Minsa.

Melissa Aguilera, periodista del Diario Hoy, recuerda que en varias ocasiones le han impedido el acceso a las instalaciones públicas e incluso, le niegan entrevistas.

“Cuando quiero entrevistar a gente de la Alcaldía se me hace difícil. Me dicen que sí, que les deje un número y que  me van a avisar, pero nuncame contestan, no me dan ninguna información. Igual me ha pasado con el Minsa" , expresó Aguilera.

Roy Moncada es el periodista encargado de dar cobertura a la Alcaldía de Managua para el diario La Prensa y aunque que en algunas ocasiones lo invitan a sus actividades, generalmente se le hace difícil hacer preguntas sobre la gestión de la municipalidad.

Una enfermedad contagiosa

Los periodistas critican que la enfermedad se está extendiendo a los voceros empresariales. Cuando las investigaciones periodísticas hacen preguntas incómodas sobre las cúpulas empresariales, la peor versión de un funcionario de gobierno sale a la luz, dice el periodista Moisés Martínez. “Reaccionan hostiles o molestos cuando se les hacen preguntas que no les gustan”, indica.

Martínez advierte que hay una tendencia a descalificar el trabajo profesional de la prensa independiente en Nicaragua, cuando intentan hacer una investigación. “Dicen que vos servís para una causa o que funcionás como vocero de una tendencia política sin notar que lo que se busca es cotejar la mayor cantidad de puntos sobre una historia”, relata.

Luis Galeano es el director del programa televisivo y radial Café con Voz y sabe de primera mano lo difícil que es mantener un programa cuando pocas empresas quieren pautar.

“Comencé en radio y sigo en radio porque las radios que se han unido a Café con Voz lo siguen transmitiendo, pero es complicado conseguir un anuncio en estas condiciones. Es muy difícil porque cuando decís que hablás de política hay empresas que te dicen que no les gusta hablar de política”, cuenta Galeano. Y agrega que “el problema es que los empresarios tienen que darse cuenta que los únicos aliados verdaderos que tienen una vez que el poder comienza a avasallarlos, son los medios. Cuando toqués la puerta y no lo encontrés, entonces vas a decir: qué error cometí. ¿dónde están los que pueden defenderme”, advirtió Galeano.

La publicidad oficial y los medios de la familia

La asfixia económica ha sido uno de los factores de presión que más han afectado a los medios de comunicación en la última década. Patricia Orozco recuerda que antes podían conseguir pautas publicitarias de los gobiernos municipales y mantenían el programa con menos dificultades, pero desde el 2007 que llegó el comandante al poder la situación empeoró. El programa Onda Local recibe donaciones de personas particulares que entregan pequeñas cuotas de dinero con tal que se siga transmitiendo y no desaparezca.

Orozco incluso dice que hay ocasiones en que se retrasan un poco con los pagos de los servicios porque no tienen el dinero completo para poder cumplir con sus obligaciones, aunque siempre terminan pagando.

Actualmente no reciben pautas publicitarias del gobierno y se mantienen principalmente con fondos de organismos de cooperación que, según dice, todavía creen en el proyecto.

“El pago del grupo de trabajo se deja deúltimo. Ha sido voluntariamente decidido que sea así en el equipo”, dice Orozco.

La pauta del Gobierno se destina principalmente para apoyar a medios de comunicación propiedad de la familia Ortega-Murillo, y a algunos medios oficiosos, y se niega en su totalidad para los medios que critican al poder.

El aparato mediático al servicio del Gobierno creció considerablemente desde 2008, al punto que actualmente tienen el control de ocho de los nueve canales que se transmiten en televisión abierta.

El impacto del duopolio en la prensa independiente

Prensa

La televisión nacional está dominada por un duopolio conformado por el empresario mexicano Ángel González, también apodado “El Fantasma”, y la familia Ortega Murillo.

Entre ambos grupos tienen el control de ocho de los nueve canales que se transmiten en televisión abierta. La familia gobernante, a través de cinco hijos de la pareja presidencial,maneja como empresas privadas las frecuencias de los canales 4, 8 y 13 y más de una docena de empresas de radiodifusión. También manejan el canal 6, propiedad del Estado, pero que es dirigido por Aaron Peralta, directivo de la Juventud Sandinista.

Las frecuencias asignadas a González son los canales 2, 9, 10 y 11. El director del Observatorio de Medios de Cinco Guillermo Rothschuh explica que también “el duopolio también posee licencias de TV también en UHF, al menos la que se conoce está el 41 (50 en el cable donde aparece RT) y a González también se le autorizó servir RTV por suscripción (Nica Dream). En cuanto a VHF la frecuencia de canal 7 que servía de repetidora de canal 2, se dividió en dos, una quedó como repetidora para la zona del interior del país y la otra como frecuencia aparte para la franja del Pacífico”.

Alfonso Malespín, experto en medios de comunicación,dice que la concentración de medios en los departamentos del interior del país es todavía peor, porque el gobierno cierra o decide reasignar las frecuencias de los canales en el cable.

Eso se debe a que la compra de canales se ha desacelerado porque ya tienen el control de casi todos, “lo que están haciendo ahora es reposicionando los canales que le son afines en las parrillas de la empresa de cable local sobre todo la de Claro”, dijo el experto.

El control de la mayoría de los canales por dos grandes actores empresariales y políticos también ha tenido sus consecuencias para la gente, por el deterioro de la calidad de la información y el debate público. En los medios del duopolio se ha suplantado la cobertura noticiosa de temas de interés público, con un bombardeo de propaganda oficial, nota roja, y notas de farándula y frivolidad.

Por un lado, los comunicadores han visto como los espacios para realizar periodismo crítico se han cerrado, y por el otro, la ciudadanía tiene menos fuentes con las que informarse.

La gente en la calle siente que muchas veces los medios no atienden los problemas que les afectan, o les sorprende que se diga en algunos medios oficiales que todo está bien cuando ellos padecen grandes limitaciones económicas.

Oscar Meléndez trabaja como conductor y cada día le cuesta más comprar los productos de la canasta básica, pero él insiste en los medios de Ortega y González solo se habla de una Nicaragua donde se pinta un panorama de grandes éxitos. “Hay gente que dice que el país está estable y no es cierto”, se queja.

Otros ciudadanos notan que los periodistas hoy en día son agredidos constantemente y advierten que eso no les gusta. “El trabajo lo analizo que lo hacen bien el problema es que mucho critican a los periodistas y los medios de comunicación. La gente los agrede y eso no me cuadra porque es parte del trabajo para que la noticia llegue a los hogares”, explica el ciudadano Freddy Guzmán.

La batalla por la credibilidad  

Alfonso Malespínconsidera que la información que se genera de las encuestas sobre cómo ve la gente el papel de los medios de comunicación independientes es contradictoria. “Las encuestas dicen que por un lado la gente valora la libertad de expresión y que no ven como un riesgo importante que se estén formando monopolios en los medios de comunicación. Y tampoco ve como mayor problema que una familia o un grupo muy pequeño esté controlando los medios sobre todo los audiovisuales”.

Guillermo Rothschuh advierte que a pesar de la cantidad de medios que manejan el mismo discurso eso no tendrá impacto sobre la gente en la medida que no se atiendan los problemas comunes de la población.“Hay un equívoco y es creer que los medios que hacen propio el discurso oficial tienen efectividad porque son muchos. Y el hándicap que tiene los medios oficiosos y oficiales es la poca credibilidad que les conceden los lectores”, explica el profesor de periodismo.

Rotsen López, periodista de Canal 12 también advierte que los periodistas deberían luchar para poderse abrir espacios. “Ya nos acostumbramos a que no nos inviten a la conferencia del FSLN. Nos acostumbramos a que en el Cosep preguntamos de cosas puntuales o que algún líder religioso hable de lo que ellos quieren hablar. Yo creo que no nos estamos percatando como comunicadores que están muy cerrados los espacios y no estamos haciendo nada para abrirlos”.

Para el futuro del periodismo en los próximos cinco años de Ortega en el poder, la situación no parece que vaya a cambiar mucho. Los reporteros advierten que todo será complicado, pero si de algo están convencidos es que la gente valora mucho el periodismo independiente, investigativo y de calidad que ofrecen los pocos medios o programas que no están subordinados al coro oficial.

Esa precisamente ha sido unas las fortalezas que Orozco ve en el programa Onda Local. “Depende mucho de la calidad del trabajo que hagamos. Esa situación nos ayuda a buscar creatividad en la búsqueda denuevas fuentes”, expresó.

Mientras que Martínez apuesta a que el periodismo de calidad no desaparecerá, pues siempre habrá profesionales que decidan fiscalizar al poder. “Siempre va a haber gente empeñada en hacer un buen periodismo. La vamos a tener más difícil. Siempre se espera que en el futuro las nuevas generaciones valoren la importancia de la prensa independiente”, indicó el periodista de La Prensa.

[destacado titulo="Luces y sombras el 1 de marzo"]

* El periodismo y los ciudadanos mantienen viva la labor de fiscalizar el poder

Nicaragua celebra el Día Nacional del Periodista con pocos medios de comunicación independientes que se dedican a fiscalizar el poder.

En el Programa de televisión Esta Noche, el profesor Guillermo Rothschuh, director del observatorio de medios de CINCO, explicó que todavía hay unos cinco o seis medios de comunicación en Nicaragua que hacen periodismo independiente, al margen del poder público.

El profesor Rothschuh propone además que para mantener la labor fiscalizadora, el periodista tendrá que buscar fuentes alternativas que no estén vinculadas directamente al poder. Esto pasaría por “elaborar una nueva agenda de parte de los medios de comunicación”, que no signifique darle la espalda a la agenda pública gubernamental, pero sí “buscar otros actores y temas” para la elaboración de las piezas periodísticas.

Rothschuh cree que sin importar cuántas veces se diga que todo está bien en la programación gubernamental, la gente sabe que las cosas no se encuentran bien en el país, lo que los obliga, como audiencia, a buscar más información en los medios independientes que todavía existen en el país.

Nota roja y banalidad en TV oficial 

Luis Galeano, director del programa radial y televisivo Café con Voz, considera que este tipo de programación banal en los medios oficiales obedece a una estrategia para distraer a la población de los verdaderos problemas de la nación.

Galeano recordó un episodio reciente cuando dos presentadoras del Canal 13 de televisión, dirigido por Maurice Ortega, uno de los hijos de la pareja presidencial, protagonizaron una discusión porque una se había tomado fotos desnuda y la otra estaba en desacuerdo con ello.

“Creo yo que no estábamos listos para eso, hoy en día las redes sociales avasallan a los medios y de pronto cualquiera es reportero”, detalla Galeano al poner en perspectiva el rol que también juegan las redes sociales.

Gioconda Belli, presidenta de Pen Internacional Nicaragua, lamentó ¨que estos medios se han saltado todos los códigos de ética y de responsabilidad cultural de este país”.

Pero a pesar de ese escenario, el periodismo independiente todavía es bien valorado por la población nicaragüense, analizaron los expertos. Y es que según Rosthchuh, hay buenos ejemplos donde la población acuerpó a periodistas para evitar el cierre de programas o espacios noticiosos como el ocurrido en Bluefields con la periodista Yolidia Navas, cuyo programa que llevaba 15 años al aire fue cerrado por la decisión arbitraria de un diputado sandinista.

En ese caso la gente salió a las calles para apoyar a la periodista en hecho que según el maestro de periodismo no tiene precedentes, pues explica que tras algunas consultas que realizó, concluyó que la mujer había recibido tanto apoyo porque se convirtió en “la voz de los sin voz”.

Belli también añadió que “la gente aprecia cuando hay un esfuerzo”, de parte de los periodistas por ofrecer un trabajo de calidad y fiscalizador de la gestión pública.

Sin embargo, otros sectores han optado por distanciarse de la prensa independiente que ejerce un rol de crítica ante el gobierno. “En el caso del sector privado, se olvidan que los medios de comunicación jugamos un rol de pesos y contrapesos”, expresó Galeano y además se preguntó “Si los medios desparecemos, ¿a dónde se van a ir a quejar los empresarios?”.

El poder de los ciudadanos

El periodista advirtió que las instancias legales no se atreven a cuestionar al poder y puso como ejemplo lo que ocurre en la Contraloría donde no se vela para garantizar que el Estado administre correctamente los fondos públicos.

Contrario a lo que ocurre en el sector empresarial que muchas veces prefiere no pautar en medios críticos para no entrar en contradicciones con el Gobierno, los panelistas de Esta Noche coincidieron en que la ciudadanía mantiene vivo el derecho a la libertad de expresión porque no acepta callarse. ¨La gente tiene necesidad de expresar sus opiniones y decir lo que no está mal, y eso constituye una fuente de información para hacer periodismo¨, aunque no hayan fuentes oficiales, indicaron.

Belli destacó que las redes sociales siguen siendo una válvula de escape para que la ciudadanía pueda expresar sus opiniones de forma libre, aunque Galeano también recordó que muchas veces hay información que no es cierta que circula en las redes sociales a veces proveniente de los mismos funcionarios de gobierno. Galeano recordó que la función del periodista sigue siendo la de verificar esa información, cotejarla, y ofrecerla al ciudadano.[/destacado]


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