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Ortega lanza brutal ataque contra estudiantes

Atrincherados en la UNAN negociaban la entrega del recinto a cambio de garantías, cuando policías y paramilitares atacaron con fusiles de guerra.

Uno de los accesos a la UNAN - Managua, bloqueado por estudiantes que demandan la salida de UNEN, en mayo de 2018. Carlos Herrera | Confidencial

Maynor Salazar

14 de julio 2018

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El Gobierno del comandante Ortega lanzó un brutal ataque este viernes con fuerzas policiales y paramilitares para desalojar a los jóvenes atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, mientras estos estaban negociando la entrega del recinto a cambio de garantías.

El operativo militar, que duró más de doce horas, continuó en la mañana del sábado contra la iglesia Divina Misericordia, donde murió el joven Gerald Vázquez de un disparo en la cabeza. También falleció de disparo de bala el estudiante José Flores, y otros dieciseis jóvenes  resultaron heridos.


Los jóvenes finalmente fueron rescatados la mañana del sábado, por una misión encabezada por el Cardenal Leopoldo Brenes, el nuncio Waldemar Stanilaw, y miembros de la CIDH y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas. Los estudiantes fueron trasladados a la Catedral en dos autobuses y varias camionetas. Recibieron atención médica y alimentación, asimismo se reencontraron con sus familiares.

En una conferencia de prensa improvisada, el Cardenal informó que "fueron diez horas de intensas negociaciones" para conseguir la libertad de los jóvenes. "Damos gracias a Dios porque los muchachos están sanos y salvos. Vamos a trabajar para garantizar la seguridad de ellos", insistió Brenes, quien agregó que la liberación se dio hasta en la mañana debido al peligro que podían correr los estudiantes en medio de la oscuridad.

El nuncio Waldemar resaltó el trabajo de la Iglesia e insistió que la única salida es el diálogo. Sobre el abuso a los derechos humanos aseguró que la voz de la institución religiosa siempre busca la defensa de los ciudadanos, sin importar el bando. "Pedimos que se respeten, los de todos", expresó.

Denise Cook, representante del MESENI de la CIDH en Nicaragua, afirmó que han monitoreado la situación de derechos humanos en el país. Respecto al ataque a los estudiantes de la UNAN, indicó que "en todos los informes, se ha hablado claro de que se está haciendo un uso desproporcionado de la fuerza y que debe existir el  legitimo derecho a la protesta. Se ha llamado en informes a la necesidad de clarificar quiénes son estas fuerzas armadas que parecen operar con impunidad en el país. pedimos que se desmonten esas fuerzas lo antes posibles para que sepamos con quién hay que hablar".

Así fue el ataque

El ataque de las fuerzas combinadas de Ortega contra la UNAN empezó a eso de las dos de la tarde. Los paramilitares y policías llegaron en camionetas hasta las barricadas, ubicadas cerca de la rotonda Rigoberto López Pérez. Nicaragua, un estudiante que logró escapar antes de que los universitarios se refugiaran en la Iglesia La Divina Misericordia, relató a CONFIDENCIAL, que los atacantes llegaron con armamento militar.

“Nosotros estábamos resistiendo pero ese armamento que llevaron era pesado. M16, AK y más. Nosotros no tuvimos más opción que refugiarnos detrás de las barricadas, pero a medida que ellos avanzaban, estábamos más en riesgo, por eso comenzamos a informar en las redes sociales”, relató Nicaragua.

Después de casi una hora de disparos constantes a las barricadas y los portones de la universidad, los jóvenes solicitaron la presencia de los obispos de la Conferencia Episcopal, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Comisión de Verificación y Seguridad.

Gobierno aborta negociaciones

Paulo Abrao, secretario general de la CIDH, escribió en su cuenta de Twitter que los estudiantes de la UNAN habían abierto una “discusión” días atrás para una desocupación espontánea y pacífica. “La respuesta que reciben: un ataque inadmisible. Se debe cesar fuego y permitir la entrada de la Comisión de Verificación y Seguridad”, afirmó Abrao.

Los estudiantes entregarían el recinto si las autoridades académicas se comprometían a no someter a los protestantes al consejo disciplinario, a garantizarles su registro académico y el derecho de reestructurar UNEN. También solicitaban medidas cautelares para todos los involucrados en las protestas dentro de ese recinto y el respeto del Gobierno a dichas medidas, y que no criminalizarán la protesta.

Hace dos días, los estudiantes habían iniciado negociaciones con la Comisión de Seguridad y Verificación del Diálogo Nacional para desalojar el recinto universitario, a cambio de garantías para su seguridad, y el restablecimiento de la autonomía en la Universidad.

Los estudiantes prepararon un borrador de los acuerdos, dirigido el 13 de julio a Jorge Solís, coordinador de la Comisión de Verificación y Seguridad. Ellos estaban dispuestos a entregar el recinto, siempre y cuando se cumplieran sus peticiones, pero los paramilitares atacaron, antes de que lograran negociar la entrega del recinto. Sin embargo, el Gobierno se adelantó a abortar la negociación, provocando un baño de sangre.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro expresó en su cuenta de Twitter que “solicitamos al Gobierno de Nicaragua que deje pasar al Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI) de la CIDH a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua UNAN-Managua para garantizar la vida y seguridad de los estudiantes”.

No obstante, la petición de Almagro, al igual que la de los miembros de la Conferencia Episcopal, no fue escuchada por el Gobierno. Los armados intensificaron el ataque a los estudiantes, que resistían dentro del recinto lanzando piedras morteros y algunas bombas Molotov, para defenderse.

Refugiados en la Divina Misericordia

La fuerza represiva de los armados provocó la retirada de los casi 200 estudiantes que permanecían atrincherados en la UNAN. Los jóvenes se refugiaron en la parroquia Divina Misericordia, ubicada a cien metros del sitio. Nicaragua logró escapar y refugiarse en un lugar seguro. Los otros que se quedaron en la iglesia, recibieron un nuevo ataque de parte de los paramilitares y policías.

Monseñor Silvio Báez escribió en su cuenta de Twitter: “¡Están disparando contra la parroquia Divina Misericordia! Hay dentro un sacerdote con heridos. ¡Alto a la represión!”.

A pesar de que los miembros de la CIDH acudieron al auxilio de los estudiantes, los paramilitares y policías, no permitieron la entrada de estos a la parroquia.

“No hay ningún sacerdote herido pero sí estudiantes. Y la Policía y paramilitares no están dejando pasar a funcionarios del #MESENI de la CIDH ni a ambulancias de la Cruz Roja. Urge que lo permitan para sacar a heridos”, escribió Báez, quien agregó que se realizaban gestiones para detener el ataque.

Los heridos, confirmados por los estudiantes a través de mensajes en las redes sociales, eran cuatro. Uno de ellos es una doctora, que tenía un disparo en la pierna, con orificio de entrada y salida.

El cardenal Leopoldo Brenes repudió los violentos ataques contra los jóvenes de la UNAN, y solicitó a Ortega que detuviera la violencia en contra del pueblo. También lamentó que estuvieran disparando en contra de la parroquia Divina Misericordia, donde se brindaba labor humanitaria atendiendo a los heridos.

El rescate de los heridos

Los paramilitares aprovecharon para ingresar a las instalaciones e incendiar varios edificios de la universidad. También quemaron el preescolar Arlen Siu, ubicado por la rotonda Rigoberto López Pérez.

La Policía bloqueó todos los accesos hacia la UNAN y la Parroquia La Divina Misericordia. Mientras tanto a lo interno del templo los jóvenes estaban tirados en el piso, cubriéndose de los disparos de los armados. Los que estaban heridos de gravedad, si bien fueron estabilizados, se quejaban del insoportable dolor.

A través de un video en redes sociales denunciaron que además de los heridos, había compañeros que fueron secuestrados por los paramilitares al momento del ataque. “Nadie está a salvo, nos quieren matar”, dijo una joven en un video que circuló en Whatsapp.

Nuevamente Almagro se pronunció sobre la situación y expresó que “deben cesar inmediatamente las acciones de violencia y represión del Estado contra población civil en UNAN, en Masaya, Monimbó y Managua. Garantías plenas para la integridad de todos. Los autores de estos atentados serán hechos responsables por sus crímenes Nicaragua”.

Francisco Palmieri, Vicesecretario de Estado adjunto principal para Asuntos del Hemisferio Occidental, condenó los ataques de la policía contra los estudiantes de la UNAN, residentes de Masaya, y también la detención de Medardo Mairena, coordinador del Movimiento Campesino. “Esta violencia para intimidar y reprimir al pueblo debe cesar inmediatamente”, insistió.

Abrao anunció a eso de las nueve de la noche que cerca de la UNAN estaba la Comisión de Verificación y Seguridad, esperando con ambulancias, para entrar hasta la Parroquia Divina Misericordia, para sacar a los heridos y a dos periodistas extranjeros. Uno de ellos era Joshua Partlow, del Washington Post.

A las diez de la noche, gracias a la mediación del padre de la Iglesia Divina Misericordia, se logró el acercamiento de las ambulancias para trasladar a los heridos que se desangraban y permanecían atrapados. También la salida de los dos periodistas extranjeros.

Fueron los únicos que salieron de la Iglesia. Los demás ciudadanos se quedaron dentro de la Iglesia, pues los paramilitares no permitieron la salida de los jóvenes y de los periodistas que estaban cubriendo el ataque en el templo.

Una caravana de vehículos intentó acercarse al recinto universitario a eso de las doce de la noche, sin embargo, el resguardo policial a la zona, no permitió que se acercara al lugar. Hasta el cierre de esta nota, a las doce de la medianoche, el asedio de los paramilitares continuaba y la valentía de las personas de la caravana, no menguó.

Ataque en Masaya

En Masaya, poco antes de que Ortega terminara su discurso en la delegación policial, un nuevo ataque contra los ciudadanos de los barrios San Miguel, Países Bajos y Monimbó, fue realizado por policías y paramilitares.

El ataque duró alrededor de tres horas. Los ciudadanos manifestaron que se registran al menos cinco heridos, y dos muertos, sin embargo, no se ha podido confirmar esta información  y la identidad de los presuntos fallecidos.

Los armados no lograron entrar hasta Monimbó. La resistencia de los ciudadanos logró que se replegaran. “La cosa se vino calmando como a las diez de la noche, después no hemos escuchado nada”, afirmó un poblador de San Miguel.

Los monimboseños aseguran que a pesar del fracaso del Repligue del presidente Ortega en Masaya, no bajarán la guardia, pues están seguros que en cualquier momento los armados pueden atacarlos.

“Vos sabés que ellos quieren una cosa, matarnos, matar al pueblo histórico, y  nosotros no nos vamos a rendir”, dijo otro ciudadano.

Álvaro Leiva, secretario de la ANPDH, informó que tiene registrado dos muertos. Un policía y un civil, sin embargo, la información con exactitud se dará a conocer cuando realicen más averiguaciones.


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Maynor Salazar

Maynor Salazar

Periodista. Investiga temas de medio ambiente, corrupción y derechos humanos. Premio a la Excelencia Periodística Pedro Joaquín Chamorro, Premio de Innovación Periodística Connectas, y finalista del premio IPYS en el 2018.

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